miércoles, 23 de mayo de 2012

GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES


GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES.
 Ubaldo Alvarez Melchor.
 ¿VERDAD… COLOSIO?
 “Es inútil, señor gobernador… no le creemos”.
JULIO SHERER GARCIA.
 A partir del reality show, digo, del debate entre los cuatro candidatos presidenciales y que gracias al IFE “ganó” la ex “conejita” de Play Boy, Julia Orayen, el entorno político en nuestro país no ha mejorado, además de violento es ahora sombrío, incierto y nos predice el próximo el caos total.
 Los responsables de las instituciones nacionales, los dirigentes de los partidos políticos, los empresarios, los jerarcas de las iglesias y hasta los estudiantes aportan su cuota de confusión y hacen más oscura la guerra sucia emprendida como recurso extremo por quienes no quieren dejar el poder.
 Afirma el presidente Felipe Calderón que las fracciones parlamentarias de los partidos PRI, PRD, PT, MC y PVEM tienen “secuestradas” en el “congreso de la unión” las reformas estructurales que el país necesita. Los aludidos de manera tan directa responden con espada flamígera en mano que el titular del poder ejecutivo tiene “secuestradas” en su coto de poder  numerosas leyes que ya han sido aprobadas por el congreso y que no se han publicado en el Diario Oficial de la Federación; por lo tanto no pueden entrar en vigor.
 La PGR acapara los titulares de todos los medios informativos con la noticia de la captura de un ex segundo en el mando de la Sedena y otros militares de alto rango por supuestos nexos con la delincuencia organizada.
 Enrique Peña Nieto da a conocer su “decálogo”; no sabemos si inspirado en la ley mosaica o en el Código de Hammurabi, pero en cualquier caso, de inspiración arcaica y milenaria. A ver si los priístas bien posicionados en sus cotos de poder, tan acostumbrados a los beneficios del ex estado de bienestar no se mandan a fundir un becerro de oro para estar a tono con estos tiempos tan materialistas y deshumanizados.
 Distinguidos salinistas –como José Carreño Carlón- salen con su “domingo siete” en la Universidad Iberoamericana y miles de estudiantes se plantan ante las instalaciones de Televisa y Televisión Azteca en actitud de rechazo a la pretendida imposición del virtual próximo presidente de México, por ambas televisoras.
 En medio de otra indignación, la causada por los homicidios de cinco periodistas en Veracruz y uno más en Sonora, las redes sociales descubren que no a todos los mexicanos nos va mal: en facebook, Paulina, hija de Carlos Romero Deschamps, líder vitalicio del Sindicato Petrolero, hace ostentación de la riqueza de su padre y se exhibe como miembro del jet set internacional, viajando de un continente a otro, sola o acompañada por amigos o por su mascota preferida.
 Los apóstoles de la honestidad valiente ponen el grito en el cielo y exigen que se aclare el origen de los recursos con los que se pagan los lujos de Paulina, que presumen deben ser públicos. Enrique Peña Nieto añade una pifia más a su larga cadena de errores culturales y de percepción. A pregunta expresa de un reportero responde que “Carlos Romero Deschamps es un líder obrero a quien el PRI respeta”. ¿Y qué otra cosa esperaban mis 400 mil lectores de quien se tomó la foto con Montano y Escobar después que éstos fueron “balconeados” por Regina Martínez en su última nota para Proceso?
 Sintiéndose el verdadero ganador del primer debate (“Bejarano estuvo preso, Ponce sigue en la cárcel y usted está aquí, como candidato presidencial”), López Obrador sigue denunciando el “cerco informativo”; Vázquez Mota ya dio de sí; ahora sólo espera que el adversario ideológico anunciado por Moreira la arrincone en el tercer lugar de las encuestas para disputarle a TV-Peña la presidencia. Y Gabriel Quadri sigue desorientado, queriendo privatizar todo lo que huela a público. Primero debería leer el texto del Artículo 27 Constitucional.
 Marchas de repudio a los regímenes del pasado y del presente, uso electoral de los órganos de justicia, condicionamiento de los programas sociales para asegurar votos y una buena dosis de fútbol son los ingredientes del menú que se ofrece en los medios al electorado. Ninguna propuesta sólida, convincente, que entusiasme a la gente; excepto la del empecinado idealista romántico que se compromete a hacer realidad el cambio verdadero.
 Falta que lo dejen.
 ¿Verdad… Colosio?
uamtalib@hotmail.com

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