sábado, 19 de marzo de 2011

LA CREACION DUAL, UNA CONSTANTE DE CUMBRE TAJIN


La creación dual, una constante de Cumbre Tajín

—Si quieren máscaras, basta con preguntar en Ixhuatlán por mí —asegura El Cedro.
—Si el horno está caliente, el pan queda en 10 minutos.

La unión del barro, la lluvia y las semillas configuró dualidades en la cosmogonía universal. La bondad y la maldad, el amor y el despecho, lo cóncavo y convexo pueblan la Tierra. Cumbre Tajín es ejemplo de ello. Aquí se habla del pan y de las máscaras, como podría hablarse de las danzas y del teatro, porque todo es complementario en el Parque Takilhsukut de Papantla, Veracruz.

Por un lado, el horneado de pan, desde las cavidades de los hornos de ladrillo y barro, con el humo y su característico olor, remiten a las manos de las mujeres que cada mañana forman el bastón, es decir, la puesta de la masa a la que se le incorpora harina, levadura, manteca, huevo y azúcar, si se trata de pan dulce, para luego amasar y amasar.

Después, lo dejan reposar, y lo alzan, para comenzar a formar las bolas que serán conchas, pan de queso, tortas, semita o rosca. ¿Cuánto tiempo tarda un pan en estar listo?, depende de cómo está el horno:

—Si está caliente, está en 10 minutos, y si le faltó leña, tarda un poquito más.
Aprender a hacer pan es sencillo. Desde la apertura del Parque pueden darse una vuelta por la Aldea Totonaca, en la que encontrarán un gran horno de barro y al alma de su fogón, sus panaderas.

Pocos metros más adelante, en un rincón detrás de Radio Tajín, don Lorenzo Federico, de Ixhuatlán del Café, Veracruz, hacedor de máscaras, ha colgado su trabajo para ser apreciado por los viandantes.

Este hombre de 46 años ha pasado alrededor de 28 en la confección de las máscaras que denomina “abultadas”: narizones y bigotones. A dos de sus máscaras las ha bautizado Viejo narigón y El narizón.

El mascarero recuerda que su fallecido maestro, quien comenzó a enseñarle desde la escuela primaria, le pidió que preservara su propio estilo. Por eso, ahora, don Lorenzo —conocido en su comunidad como “El Cedro”— mantiene su trabajo que rompe con el rol de los rostros similares a los cotidianos.

Las máscaras están hechas de una madera de agua conocida como temuchi, colorín o quemite… que ya trabajada es muy ligera. Tarda unos veinte días en secar, si no se encuentra demasiado húmeda. De lo contrario, pueden pasar hasta cuatro meses para que esté lista.

Con el cincel en la mano y los cuchillos, El Cedro muestra cómo confecciona sus máscaras, más vendidas y ocupadas en el norte para el Xantolo y las danzas:
—Si quieren máscaras, basta con preguntar en Ixhuatlán por mí.

Y la fiesta en Cumbre Tajín es coda del carnaval: en las danzas, los hombres utilizan la ornamentación y vestuario de las mujeres, así como los colores que las representan —verde y rojo— y aquellos que les recuerdan a la Virgen, a quien ofrendan, en el caso de los Huehues, su baile.

Así, todo lo creado se encuentra con la mirada, y todos los asombros descubren novedades. Esto es Cumbre Tajín, la fiesta de la dualidad.

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