viernes, 24 de septiembre de 2010

GNOMOS, DUENTES Y CHANEQUES

GNOMOS, DUENDES Y CHANEQUES

UBALDO ALVAREZ MELCHOR

DE “LA BARBIE” A “KARL”: LA TRAGEDIA

¡Es la naturaleza, que está fluyendo toda!

MAO TSE TUNG.


LOS FESTEJOS del mes patrio, el del Bicentenario, iniciaron en agosto, con un preludio mediático de gran impacto: la captura en un operativo de alta precisión, de Edgar Valdés Villarreal, alias “La Barbie”. El suceso revertió la tendencia a la baja del rating presidencial y desplazó a segundo término el alto costo en vidas humanas y pérdidas económicas de la cruzada contra la delincuencia organizada, preparándonos para darle cabida a la esperanza de que en el año 2060 se acabe, por fin, nuestra pobreza de siglos.

En medio del debate por la trascendencia de la lucha iniciada por Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez, entre otros insurgentes, superan a la euforia conmemorativa, semejante al “patriotismo” futbolero, las radiografías literarias que intentan presentarnos a los padres de la patria como seres de carne y hueso, exagerando sus defectos y “pecados”. Victoria pírrica, pues olvidan a propósito los escritores de oportunidad que los sujetos de sus pesquisas son héroes y no santos.

El universo representativo de la tercera raíz a la que cantó el músico-poeta en su Oración Caribe, hace honor a su destino de raza valiente y se enfrenta sin temores a un fenómeno meteorológico de pronóstico reservado que en cuestión de horas redujo a escombros una amplia área de la zona centro del estado de Veracruz, como no había ocurrido, según dicen los lugareños de avanzada edad, en más de medio siglo.

Se activan los mecanismos de protección civil oportunamente y con eficiencia; se vislumbra inicialmente saldo blanco, pero las fuerzas de las instituciones son rebasadas por las de la naturaleza y pronto se tiene que lamentar la muerte de seres humanos por el embate directo de “Kart” o por su secuela de inundaciones.

No alcanzan las palabras, las narraciones son repetitivas y no perfilan la perspectiva ni la profundidad de los hechos; las imágenes fijas, los videos y las transmisiones en vivo son insuficientes. Quizá rememorar el diluvio” del 5 de octubre de 1999 ayude a establecer un parámetro para visualizar la magnitud del desastre.

Mientras se pone en marcha la coordinación entre gobiernos para la reconstrucción, en el altiplano, el centro político del país, el espectáculo debe continuar y el aspirante a la candidatura presidencial de la izquierda para 2012, se mantiene segundo en las encuestas, pese al destape por el líder de Los Chuchos y la presencia protagónica, ansiosa de reflectores, del otro precandidato de la tele, el gobernador del estado líder nacional en robo de autos (que luego se utilizarán en secuestros, asaltos bancarios y un largo etcétera).

Se acaba el Bicentenario, sólo faltan dos aniversarios: el 27 de septiembre, es el 189 (CLXXXIX) de la consumación de la Independencia y el día 30, el 245 (CCXLV) del nacimiento de José María Morelos y Pavón.

Nos quedan aún dos centenarios, el de la fundación de la Universidad Nacional Autónoma de México (22 de septiembre de 1910) para la reflexión en todos sus ámbitos: científico, político y social; y el del inicio del primer gran movimiento armado del siglo XX, en el que nos daremos tiempo para dilucidar si, minimizado el estado del bienestar, liquidados los sindicatos, devastado el campo y destruida la economía nacional, los depredadores del neoliberalismo dejaron algún resquicio para que por fin pueda hacernos justicia la Revolución.

Por lo pronto, apartamos un espacio para la espiritualidad, con un fragmento de una oración escrita por Joseph Alois Ratzinger:

“¡Padre Santo, Señor del cielo y de la tierra,
escucha el grito de dolor y de esperanza,
que se eleva de esta comunidad duramente probada por la catástrofe!
“Es el grito silencioso de la sangre de madres, de padres, de jóvenes
y también de pequeños inocentes que sube de esta tierra.
“Han sido arrancados del afecto de sus seres queridos,
acógelos a todos en tu paz, Señor, que eres el Dios-con-nosotros,
el Amor capaz de dar la vida sin fin.
“Te necesitamos a Ti y a Tu fuerza,
porque nos sentimos pequeños y frágiles frente a la muerte;
“Te pedimos ayuda porque solamente Tu apoyo
puede hacernos volver a levantar e inducirnos a retomar juntos,
confiados uno a otro de la mano, el camino de la vida.”

hosirius_es1@yahoo.com.mx
hosirius_es1@hotmail.com

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