EN POLITICA, NI LOS MUERTOS ESTAN MUERTOS

Claroscuros… “EN POLÍTICA, NI LOS MUERTOS ESTÁN MUERTOS”

José Luis Ortega Vidal

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Son cuatro los municipios que representan cabeceras distritales en el Sur.
Acayucan es la cabecera del Distrito XXVI; Cosoleacaque lo es del XXVII; Minatitlán del XXVIII; mientras que Coatzacoalcos Urbano es el XXIX y Coatzacoalcos Rural el XXX.
El dato es importante porque los municipios que son cabeza de distrito aportan la mayor cantidad de votos para los aspirantes a las diputaciones locales y representan un bastión político en la elección de gobernador.
Se trata de municipios clave, cuyo comportamiento electoral influye a nivel regional; de modo tal que vale la pena echar un vistazo a la circunstancia que guarda cada uno.

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Existen reportes de casos donde habrá voto diferenciado; un fenómeno interesante porque refleja una ciudadanía consciente de su poder político.
En Acayucan, por ejemplo, se da como un hecho que Javier Duarte ganará la elección para gobernador. El candidato del PRI recibirá apoyo de gente que en la elección para Alcalde votará también por el partido tricolor; pero hay electores que darán su voto para gobernador a Duarte aunque en la lucha por la Alcaldía apoyarán al candidato del PRD y en la elección para diputado respaldarán a la candidata del PAN.
En Cosoleacaque el PRI enfrenta un peligro en la lucha por la Alcaldía: allí Cirilo Vázquez Parissi mantiene una presencia notable en el ánimo de los electores y puede terminar con el poderío de la familia Merlín; representada ahora por Héctor, un joven médico que depende mucho de lo que hagan por su candidatura sus tíos, papá y hermanos.
Minatitlán es otro foco rojo para el priísmo: Pablo Pavón Vinales está resultando un hueso duro de roer para la sección 10 y su candidato Leopoldo Torres.
De momento se habla de un empate técnico entre ambos aspirantes y todo se definirá de una última hora, el próximo domingo.
Y en Minatitlán y Cosoleacaque, una vez más nos encontramos con el fenómeno del voto diferenciado. Todas las encuestas le dan a Javier Duarte un triunfo contundente en la zona sur, incluyendo estas dos cabeceras distritales.
También nos encontramos con un inminente triunfo de los candidatos del PRI a diputados locales por los distritos XXVII y XXVIII.
Pero mientras el aspirante a gobernador y los candidatos a legisladores van seguro, los aspirantes a Alcaldes de parte del PRI en Mina y Cosolea están sufriendo.
Muy cerca, en Jáltipan, todo apunta a un triunfo del PAN para la Alcaldía y de nueva cuenta, allí, la gente anuncia que votará por Javier Duarte en los comicios de gobernador.
En Coatzacoalcos el panorama es distinto. Acá, en la zona urbana el PRI se lleva todo. Ganará Marcos Theurel, ganará Pepe Murad y ganará Javier Duarte.
En la zona rural, a Marcos Estrada le ayudarán los casos de Nanchital y Las Choapas, ya definidos a favor del PRI en la elección de Alcaldes y le aportará muchos votos Villa Allende.
No obstante, hay municipios donde los candidatos priístas no están asegurados y mientras el voto será dividido a favor de Javier Duarte, en el caso de la diputación lo que único que ayuda a Marcos Estrada es que Claudio Cauich, candidato del PAN, es más gris que él; mientras que a Alejandro Gutiérrez no le interesa ser diputado sino sumar votos a un Miguel Angel Yunes ya derrotado.

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Votos diferenciados; partidos políticos divididos internamente; candidatos grises, parentescos con vocación de cacicazgos; la del sur de Veracruz en el 2010 es una elección novedosa.
Algo sobresale de ella: la ciudadanía cada vez está más consciente de que su voto vale y que su decisión ante la boleta electoral es personal y libre.
En ese sentido hay un avance en la sociedad. Muy pequeño, es cierto, pero es un avance. Frente a él -hay que decirlo- están las campañas del miedo, así como las negociaciones a través del viejo corporativismo que controla sectores como el de los maestros, los obreros, a los campesinos y las organizaciones populares.
Suena contradictorio pero así es: la del 2010 es una elección con ciudadanos cada vez más conscientes y libres; pero al mismo tiempo es una elección donde continúa prevaleciendo la vocación muy mexicana de la corrupción y la venta del patrimonio personal: el voto.
Antes, en la época de control del PRI, nos quejábamos de la falta de democracia, de la manipulación política, de la ausencia de instituciones que garantizaran el estado de derecho. Hoy, quien vende su voto lo hace con plena conciencia de lo que esto implica.
Y el fenómeno del voto comprado con despensas, con canonjías, con negociaciones o con dinero ya no nace solamente de parte del PRI. Los partidos que siempre se dijeron víctimas de la corrupción política en México, ya son parte de ella.
La guerra sucia los incluye a todos, a azules, rojos, amarillos, naranjas, morados y demás. El PAN, el PRD, Convergencia y los etcéteras son tan corruptos como sus rivales.
En el México de hoy, las instituciones electorales como el IFE y en el caso de Veracruz el IEV, cuentan con las herramientas para desarrollar su trabajo en un marco legal pleno.
Que haya vocales del IFE o el IEV corruptos, es asunto de la vocación para la transa, no es un tema del marco legal. En cada instancia hay representantes de los partidos políticos y dichas organizaciones cuentan con dinero público y tienen en sus manos el monopolio de las candidaturas para acceder a los espacios de poder del país.
El PRI, el PAN, el PRD, Convergencia, tienen Diputados y Senadores que se niegan a reformar la ley para que puedan existir las candidaturas ciudadanas e independientes. Eso lo deciden ellos y no pueden acusar a nadie más que a sí mismos de que nuestra democracia siga coja en ese sentido.
Y los ciudadanos, por nuestra parte, tenemos acceso a medios de comunicación que abundan por todas partes y nos explican la importancia de las candidaturas independientes que le restarían poder a los partidos políticos; pero no se los exigimos y les damos nuestro voto a los que sentimos la mejor opción o a los que nos compran más eficazmente.
Hay guerra sucia en las elecciones del 2010. La hay en Veracruz y en los 13 estados de la República donde también habrá elecciones este domingo 4 de julio. Pero la guerra sucia es pareja. Hay correos en internet de origen azul, rojo, amarillo, naranja y de los partidos patito.
Como ocurre en el Sur de Veracruz, en el resto en entidades donde habrá elecciones todos los competidores tienen las mismas armas para luchar y ninguno se podrá decir víctima de alguna injusticia.
En la elección de gobernador, diputados y alcaldes quienes pierdan lo harán porque sus rivales tienen más simpatía entre los electores o han sido más hábiles que ellos para pelear justa o corruptamente.
En el 2010 nadie se podrá decir robado: ni partidos políticos ni ciudadanos. Estamos en la elección del voto diferenciado; nos enfrentaremos a resultados eclécticos, para hablar en un término arquitectónico que se refiere a aquella construcción en la que se mezclan diversos estilos.
O para decirlo de un modo coloquial: en esta elección habrá de chile, de dulce y de manteca y serán los comicios donde todos seremos coludos o todos seremos rabones.
Algo dejan claro las elecciones del 2010: a los mexicanos se nos acabó el pretexto de ser un país sin democracia porque nos falta educación o cultura política. En este país hemos buscado durante décadas la democracia y ya está entre nosotros. Los mexicanos ya somos democráticos.
Que nuestra democracia es muy cochina eso es culpa de todos; pero esta es la democracia que hemos sido capaces de crear y la responsabilidad en torno a ese error histórico nos incluye a gobierno, partidos, ciudadanos, medios de comunicación, empresarios…
Hay que mejorarla, claro, como hay que eliminar la violencia; como hay que alejarnos de dramas atroces como la muerte del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas; como hay que evitar la politización de un asunto de seguridad nacional e internacional por el tema del narcotráfico.
Este es el panorama de nuestra democracia en el Sur de Veracruz; en nuestra entidad, en los 13 estados que tendrán elecciones el próximo domingo y en todo el país.
Después del 4 de julio, el que se diga robado estará intentando –inútilmente- hacerle al tío Lolo…