CRONICAS

Crónicas
Pablo Jair Ortega
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pablojairortegadiaz@gmail.com
26 de JUNIO de 2010

ESTO SÍ ES LLENAR LA PLAZA LERDO…

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Filas y filas de vallas metálicas rojas. El centro histórico de Xalapa organizado de manera tal que parece listo para concierto de rock, pero no: eran los Beatles en versión salsa.

Allí, la plaza es nuevamente testigo de honor de eventos memorables. Ahí donde bien convergen leyendas como Rafael Guízar y Valencia y Sebastián Lerdo de Tejada, juntos liberal y conservador.

Como ya va siendo costumbre en estos meses de campañas, hay que agarrar un buen lugar. Así que si la cita es a las 11, hay que pararse como a las 8 de la mañana para llegar a agarrar un buen lugar. Según tengo entendido, el evento tendría una seguridad más fuerte. Dicen --y no me crea-- que es por la visita de Peña Nieto y su novia “La Gaviota”.

“¡Qué seguridad más rejega!”, diría la fotógrafa Gina Collins. Debe ser, a lo largo de estas semanas de campaña no se veían metales protegiendo al candidato; vaya ni en los eventos del gober, más bien como que fue un detalle con toque mexiquense.

Hasta los de seguridad andaban muy avocados a que si uno no traía gafete rojo, entonces vas pa’ fuera… “Pero si yo vi al KikiriPRI sin gafete y no le dijeron nada, o sea, ¿nomás porque es botarga?”.

Siendo las primeras horas de la mañana, el sol xalapeño es quemante. El cambio climático sería instantáneo, porque un par de horas después una nube piadosa nos regala la sombra que los mortales no nos concedieron. A los que iban a viajar en el dirigible finalmente les cambiaron el itinerario y los mandaron por tierra: la dirección de Aeronáutica les negó la autorización por los fuertes vientos en el cielo.

Dan las 11 de la mañana y esto es un gigantesco jolgorio. Desde la calle Lucio hasta más allá del parque Juárez se ve como hondonadas coloradas. Llegan las banderas, llegan los globos, se pasean los simpatizantes del PRI como si fuera día de campo; cargan al bebé, al niño, a la morrita para que saluden al candidato.

Debo decir que sí se ve más organizado esto que regularmente es un relajo. Pese a la gran cantidad de gente que fácilmente supera los 10 mil asistentes. Arribar y toparse con accesos controlados, corralitos de prensa acomodados en ambos lados de una larga pasarela que prácticamente era del tamaño del Palacio de Gobierno.

Pasan primero los candidatos de toda la región. De Coatepec, Xico, La Antigua, Tlaltetela, y demás pueblos cercanos a Xalapa. No podía faltar Elizabeth Morales, obviamente, la candidata por la capital, quien traía una fanaticada gruesa y voz afónica: con banderones que no dejaban tomar fotos ni video, pero bueno, como le dijo un jovencito con tono, digamos, amable a nuestro colaborador David Fernández… “¡Ay, pues lo siento, papacito!”.

Allá en el palco de los invitados de honor andan bailando el diputado Rosendo Pelayo y Mariana Munguía de Velasco, la primera dama de Xalapa, como si estuviera en concierto. Mandando besos, saludando a la gente, todo al ritmo de “La chica de humo”.

Presente también por ahí Emilio Chuayffet, aquel que dio a conocer que al entonces diputado federal Miguel Yunes se le habían revertido las funciones gastrointestinales.

A los candidatos a alcaldía y diputaciones los pusieron a correr como locos por la pasarela. Haga de cuenta que era algo así como lucha triple A: no bien mencionaban su nombre, salían en fuga a lo largo de la plataforma para saludar a los presentes. Hasta hacían el popular “Chócala”. El “maistro” de ceremonias decía algo así de un “gran carikxma”, que nos suponemos debe ser más fregón que el carisma.

Y sigue la música, todos bailando, Elizabeth Morales masticando una galleta en la boca porque se ve que pocos en este lugar han desayunado; mucho menos políticos y prensa. Ya para ser mediodía, el estómago ya repela, hace estragos. Al momento del mensaje llama “esposa” a Angélica Rivera… (¡Ejem!... No se han casado candidata).

Llega Javier Duarte de Ochoa. Viene con él ni más ni menos que el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, y su distinguida prometida “La Gaviota”. No sé ustedes, pero la Rivera me encanta desde “La Dueña”. Trátamela bien, “Gelboy”.

Cabe apuntar algo importante: desde hace mucho tiempo Veracruz y el Estado de México, dentro del PRI, son los estados con una rivalidad natural por destacar en el ámbito político. Desde guerra de porras o a nivel de qué gobernador asiste a los mejores eventos. Son los estados también donde naturalmente se manejan a los mandatarios como opciones dentro del tricolor para ser candidatos a la Presidencia de la República. Hoy puede ver que los punteros son precisamente Peña Nieto y Herrera Beltrán.

Pero el mexiquense está aquí y dice: Javier Duarte es un hombre de convicciones. Representa a las nuevas generaciones, el del México que requiere actores políticos sensibilizados.

“Con Javier Duarte, Veracruz gana”, gritó Peña Nieto y la banda se acelera. Así de simple y sencillo.

Toca turno a Javier, quien cargaba momentos antes a sus pequeños hijos Carolina y Javier; da las gracias a Xalapa por permitirle estar en sus colonias, en sus calles, sus barrios; de visitar las comunidades, sus congregaciones, los municipios vecinos. Ha sido una jornada larga y hay mucho que agradecer a la región. El respaldo, el apoyo se siente fuerte.

La garganta se le oye cansada. Repito: ha sido una larga jornada de dar vueltas por todo el estado. Visitar los rincones que muchas veces como jarochos desconocemos que existen. Dar mensajes diarios, saludar a quienes se unen al evento. Extenuante para Duarte de Ochoa, y cerrando en varias ciudades importantes del estado.

“Gracias por permitirme hacer una campaña limpia; una campaña de propuestas. Una campaña con el ánimo, con el entusiasmo, con el júbilo que vimos en Xalapa, el mismo que vimos en Coatzacoalcos, en Pánuco, en Córdoba, en la Cuenca del Papaloapan, en Veracruz; vengo a ratificarles mi compromiso de trabajo. Gracias por su confianza, gracias por su apoyo, vamos a lograr juntos que Veracruz siga para adelante”.

En punto de las dos de la tarde terminó el discurso. De ahí siguió el bailongo con Intocable.

EPÍLOGO: 16:00 horas. Nuestros hermanos de piel oscura, esos que vinieron hace siglos a tierras veracruzanas y nos dieron historias como la de Yanga, como la de Tamiahua, del mismo puerto jarocho y su zona conurbada, tienen en Ghana a un vencedor que ya pasó a cuartos de final. Un partido cardiaco. Para este domingo, a ver qué nos espera con los argentinos, pero este sábado, en Xalapa, ya se ganó con Javier.




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