PASILLOS DEL PODER

Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
www.enlaceveracruz212.com.mx
vazquezchagoya@pasillosdelpoder.com
6 de MAYO de 2010

TECHO QUE SE CAE, HASTA HELIPUERTO EN PLAZA AMÉRICAS

Se ve que las autoridades laborales y de Protección Civil hacen los que no ven el peligro que representa el funcionamiento de la “Plaza Américas” de la ciudad de Xalapa. Los dueños son conocidos empresarios como los Chedraui, con socios como Miguel Alemán Velasco.

Todo empezó hace 10 días cuando se inicio la caída de los vidrios del techo de la gigantesca plaza. Manifestaron los administradores que se debía a los intensos calores, pero se siguieron cayendo los vidrios.

Ahora protegen con plásticos para que no caigan el techo y en vez de clausurar el lugar de manera irresponsable permite su funcionamiento dejando que los clientes caminen solo sobre los pasillos de los locales, impidiendo el paso en todas las aéreas comunes y espaciosas que cubre el domo de vidrio afectando pequeños negocios y cafeterías.

A pesar que intervinieron autoridades de trabajo, estas no ven el peligro que corren los empleados del lugar. No ven el peligro que corren los clientes. Bueno es tanta la impunidad que siguen cobrando el estacionamiento para meterse a esa plaza comercial para sólo tener un accidente.

La impunidad se extiende en esta plaza de Xalapa, es que en su estacionamiento se utiliza diariamente como helipuerto, que está prohibido por el número de carros y asistente a la plaza comercial, además que no se conoce que el área para que bajen helicópteros este señalado por las autoridades aeronáuticas para tal fin.

Los dueños de la plaza de seguro tienen miedo a perder más dinero y la afectación de la imagen de su gigantesco lugar. Más vale cerrar y hacer reparaciones de fondo. Ninguna autoridad que permita el funcionamiento de “Plaza América” de Xalapa, queda exenta de responsabilidades oficiales y penales si ocurre una desgracia.

Diversos medios de comunicación han dado cuenta puntual de todo lo que pasa en este negocio, pero se le sigue solapando. No se vale.