martes, 29 de diciembre de 2009

PUNTO Y COMA

Punto y Coma

Los mexicanos ante la adversidad
La crisis económica debe ser un reto
Quienes superan los retos, ya la hicieron

Por Luis González Romero

Los problemas se hicieron para resolverlos bien, no a medias; quienes enfrentan retos y los superan es porque tienen la capacidad de hacer las cosas, de ser creativos, inteligentes, capaces, trabajadores y que los altibajos de la vida no los contemplan como algo que los aplasta; sino por el contrario, se esfuerza por superarse, por ser mejores para demostrar que si se puede.

Nuestros conacionales que se van a los Estados Unidos logran superar la adversidad de vivir y laborar en un país extraño, con otras leyes y costumbres y por encima de ello en su condición de indocumentados se enfrentan a otra realidad muy distinta, a otra cultura hasta en la alimentación; pero su voluntad es férrea y se entregan al trabajo honesto, en los que sea, desde lavar platos, obreros o en las pizcas; pero trabajan hasta 18 horas por día, lo que no hacían en su país México; pero allá sí, porque la necesidad los obliga a ganar dólares para enviar recursos a la familia que dejaron y en medio de todos los obstáculos y arideces salen adelante.

México enfrenta una crisis muy seria en materia económica, la primera década del siglo XXI exhibió la serie de problemas estructurales que colocan al país como el de menor dinamismo en América Latina, rebasado por naciones como Brasil, Chile e incluso Perú.

De acuerdo a lo publicado por El Universal, de confirmarse el desplome de 7% en la producción interna bruta este 2009, la economía mexicana habría registrado un crecimiento anual promedio de apenas 1.6% en los últimos 10 años, el más bajo del que se tenga registro desde los años 20 del siglo pasado, así lo da a conocer ese medio de circulación nacional.

“Analistas coinciden en que México habría pagado en esta década la factura de sus problemas estructurales, dentro de los que destaca la elevada dependencia del ciclo económico de Estados Unidos, el peso de los ingresos petroleros en el presupuesto (cerca de 40%) que lo hace más vulnerable a los vaivenes del mercado, y la falta de mayores incentivos para la adopción de tecnologías de punta y de prácticas de trabajo más eficientes”.

Cuánta verdad encierra ese documento periodístico, sobre todo cuando nos dejamos arrastrar por los discursos de quienes hacen política, de quienes solo buscan proteger intereses personales y de partidos, dejando a un lado la gran problemática a la que los mexicanos nos enfrentamos diariamente y que como resultado de ello se incrementa el número de millones de mexicanos ubicados en el nivel de pobreza extrema.

También el hecho de que a lo largo de los últimos 10 años México no logró avanzar de manera significativa en una serie de reformas económicas (fiscal, energética, laboral y de telecomunicaciones, entre otras) que le permitiera mantener y elevar su competitividad a nivel internacional.

“De 2007 a la fecha se retrocedieron 12 lugares en la materia al pasar del escaño 48 al 60 en 2009 de un total de 132 países considerados en el Reporte Anual sobre Competitividad del Foro Económico Mundial”.

Durante la mayor parte de la década México obtuvo ingresos extraordinarios por los elevados precios internacionales del petróleo, pero el gobierno fue incapaz de implementar un generoso programa de estímulos fiscales y gasto público contracíclico, de la magnitud que lo hicieron otros países.

“Con el fin de contener los impactos de la crisis, el gobierno mexicano puso en marcha un plan de estímulos de aproximadamente 1.1% del PIB, tasa muy inferior al 2.2% del programa de estímulos fiscales que instrumentó Chile, el más elevado de América Latina”.

Si bien la actual crisis no se originó en México, sino en su principal socio comercial, Estados Unidos, el nivel de la carga tributaria dificultó la aplicación de medidas fiscales significativas orientadas a reducir los efectos de la recesión.

Además, al privilegiar la estabilidad nominal sobre la real, tampoco se aprovechó la posición favorable de la deuda pública para contratar préstamos que habrían facilitado la aplicación de una política anticíclica de mayor impacto.

A grandes rasgos esa es la situación que enfrentamos los mexicanos y todo indica que no hay vuelta de hoja, y una muestra de ello expresó hace apenas unas semanas el presidente Felipe Calderón, cuando dijo que el petróleo se está acabando y, aunque otros echen las campanas a vuelo para pregonar que somos ricos en hidrocarburos, lo cierto que se trata de un recursos no renovable y que México tiene que buscar otras alternativas estabilizar su economía, sobre todo a través de la generación de empleos…Por hoy es todo, soy Luis González Romero, mi correo electrónico: notiluis@hotmail.com, hasta pronto, nada con exceso, todo con medida.

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