jueves, 26 de marzo de 2009

ALFIL

ALFIL
Una policía nacional única
Por Roberto Piñón Olivas
La experiencia colombiana en el combate al crimen organizado debe servir de mucho para sensibilizar a los distintos sectores de México, con especial énfasis en el gobierno federal.
No se trata de centralizar la persecución de todos los delitos en una gran policía nacional con facultades omnímodas, sino de fortalecer los ámbitos de competencia.
La centralización de funciones significaría un retroceso histórico en el fortalecimiento de las entidades federativas, pero además, podría generar un gran cuello de botella en la persecución e investigación de los delitos.
Las distintas funciones que ejercen los gobiernos de los estados y los municipios en materia de prevención y combate al crimen, deben ser perfeccionadas y especializadas.
De igual manera debe ocurrir con el gobierno federal. Las faltas o delitos que cada uno debe perseguir son de distinto grado, que no de distinta gravedad: todos ellos causan impacto social y por tanto deben ser rechazados.
Sin embargo los delitos que le corresponde combatir al gobierno federal representan un atentado en contra de la gobernabilidad y la seguridad nacional.
Fortalecidos financieramente y dotados de armamento sofisticado, los grupos de la delincuencia organizada se han convertido en un Infra-estado, con su propia estructura, sanciones, impuestos, gobierno.
La experiencia colombiana puede servir para combatirlo. No solo se trata de inversión en armamento y capacitación policial, salarios y programas millonarios de protección a testigos, sino también de coordinación con los estados y municipios.
Una coordinación no en el ejercicio de las labores de inteligencia y persecución de estos delitos, que siendo de competencia federal, le corresponde exclusivamente a la Procuraduría General de la República y la Secretaria de Seguridad Pública Federal, la persecución y prevención, con auxilio, en este caso extraordinario, del ejército mexicano.
No se puede pensar que los estados y municipios sean corresponsables en ese combate a la delincuencia organizada, porque por su naturaleza no están dotados de la fuerza para desempeñar esa función: pueden involucrarse, pero en el cumplimiento de las obligaciones en el ámbito de sus competencias: una policía municipal especializada en la prevención del delito y una policía ministerial estatal especializada en la persecución de los delitos del fuero común.
La experiencia colombiana es valiosa, pero crear una policía central que monopolice las funciones podría resultar contraproducente.
EN EL TABLERO…Esta semana concluye el curso especializado sobre fotografía organizado por el Instituto Latinoamericano de Periodismo José Martí, en la Habana Cuba…A dicho curso acudieron colegas periodistas gráficos de distintos puntos del país, impulsados por la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, entre quienes se encuentran Héctor Aldama, Carlos Esparza y Gabriel Piñon…Se proyecta replicar el curso en beneficio de los compañeros fotógrafos que no tuvieron la posibilidad de acudir…Felicidades…
El autor es Presidente del Consejo Directivo de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos A.C. Envíe sus comentarios al correo robertopinon@yahoo.com.mx. www.observador.com Escuche en Vivo en el 1470 AM Radio Formula en el Distrito Federal a las 20:00, en el 1010 AM Radio Lobo en Chihuahua a las 14:00, en cualquier punto de la república y el mundo en www.laequis.com.mx; Autorizada la reproducción total o parcial de la columna Alfil, con mención del autor. Todos los derechos reservados.

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