miércoles, 8 de octubre de 2008

MEJORA LA ATENCION EN EL IMSS


EN UN AÑO EL IMSS ATENDIÓ CERCA DE 4 MIL 500 CASOS DE SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN

Las personas con este trastorno simulan síntomas y/o enfermedades para recibir atención médica. También pueden provocarlo a sus hijos.

Los estados que registraron mayor número de consultas fueron Nuevo León, Jalisco, Tamaulipas y Aguascalientes.

Constantemente rondan las salas de los hospitales en busca de atención médica, su principal queja es dolor, ya sea de estómago, cabeza y/o hemorragias; los servicios de salud llegan a gastar miles de pesos en estos pacientes con diversos exámenes y pruebas de laboratorio para, finalmente, llegar al diagnóstico de Síndrome de Münchausen.

Este trastorno es un término denominado por el doctor inglés Richard Asher en 1951, para describir aquellos pacientes que intencionadamente simulan enfermedades y fabrican falsas evidencias, con el objetivo de que les sean practicados tratamientos médicos o quirúrgicos innecesarios.

El año pasado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en sus Unidades de Medicina Familiar y hospitales de segundo y tercer nivel, registró la atención de 4 mil 488 casos por dicho trastorno. Los estados con mayor número de consultas de este tipo fueron Nuevo León, Jalisco, Tamaulipas y Aguascalientes.

La doctora Magali Pérez García, médico psiquiatra del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, señaló que cuando se presenta un derechohabiente manifestando síntomas de dolor o enfermedad, cualquiera que sea, los médicos y especialistas del Instituto trabajan de forma inmediata para realizar el diagnóstico, ya que estas personas pueden presentar depresión o ansiedad.


Explicó que los trastornos somatomorfos, (perturbaciones mentales caracterizadas por la presencia de síntomas físicos que sugieren una enfermedad), dentro de los cuales se encuentra el Síndrome de Münchausen, son de mayor prevalencia en mujeres, pues cinco lo padecen por cada hombre. Comentó el caso más reciente que fue atendido en el Servicio de Psiquiatría del CMN La Raza:

“Fue un hombre de mediana edad que se quejaba de síntomas neurológicos; se le realizaron cuatro punciones lumbares, tomografías y tres resonancias magnéticas en el mes que estuvo internado; a pesar de todas estas medidas no se demostró ninguna enfermedad médica, aunados a estudios de laboratorio que incluían biometría hemática, química sanguínea, exámenes de líquido cefalorraquídeo y perfil tiroideo”.

La doctora Pérez García indicó que es común que los pacientes, una vez que fueron sometidos a diversos estudios e informados que no padecen ninguna enfermedad, al ser enviados al área de psiquiatría por un posible diagnóstico de Síndrome de Münchausen, pidan ser dados de alta para tener una segunda opinión, “esto por el temor de ser descubiertos saben que, en realidad, no están enfermos”.

La psiquiatra refirió que una variante del síndrome es el “llamado de Poder”, en el cual, son los padres de familia o tutores quienes dañan o enferman intencionalmente a los hijos para que reciban atención médica; “esto implica daño emocional y físico al niño, ya que va a ser sometido a diversos exámenes diagnósticos, mismos que pueden llegar a causarle problemas de salud”.

Es importante tener en cuenta que estos pacientes tienden a resistirse a un tratamiento adecuado debido a que se consideran enfermos físicos y no mentales, por lo que especialistas del IMSS recomiendan que se debe acoger al paciente en forma empática y otorgarle credibilidad a sus síntomas; no olvidar que estas personas perciben sus síntomas como reales. El uso de medicamentos debe ser cuidadosamente evaluado, con previa preparación y educación del paciente.

Finalmente se deben utilizar medidas psicoterapéuticas generales de apoyo, que contribuyan a disminuir el sufrimiento del paciente: educación, reconocimiento de estilo de vida, manejo del estrés, ejercicio físico y manejo de las dificultades psicosociales.

El doctor inglés Richard Asher denominó así al síndrome porque quienes lo padecen tienen una tendencia a la exageración, similar a la del Barón de Münchausen, personaje de la literatura que tras participar en la guerra ruso-turca del siglo XVIII dedicó gran parte de su tiempo a contar fabulosas y fantasiosas historias sobre sus proezas.
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